sábado, 30 de noviembre de 2013

ESPAÑA MIA, ESPAÑA NUESTRA


ESPAÑA DEVASTADA

Negros nubarrones se ciernen sobre nuestra querida España, que se desmorona día a día, negros nubarrones que solo presagian funestos desenlaces, desdichas, penurias, males, y una huida hacia adelante, que tal vez nos sumerja de nuevo, en  la gran tragedia que asoló no ha mucho nuestra querida patria.
Cientos de miles de personas padecen el peor de los terrorismos: la miseria, el desahucio  y el hambre y ante esto no hay culpables ni responsables, que llevados por una dejadez temeraria, han consentido que arrastremos una de las mayores vergüenzas sociales, al permitir que se concentre la mayor bolsa de riqueza que abarca el patrimonio nacional en manos de unos pocos, una élite privilegiada que en aras del neoliberalismo mas retrogrado ha contribuido a generar la mayor bolsa de pobreza que se ha conocido en España desde el año 34, donde no se habían acentuado de forma tan drástica las diferencias sociales, donde ya se acepta un trabajo por cualquier salario, como en tiempos de caciques, patronos y señoritos con derecho de pernada.

Cuando la CEE ya advertía de que la crisis estaba generando una nueva clase social, la de los llamados "trabajadores pobres". Es decir, ciudadanos a quienes tener un empleo no les libra de la miseria.
A esta difícil situación se suma una reducción en la inversión social del Estado que provocará un inevitable aumento de ciudadanos pobres; porque "si los muros de contención social desaparecen se disparará la pobreza",

Nuestra España, usurpada su soberanía y secuestrada por la troika, que dictamina y marca el futuro de los países mas pobres que componen la Unión Europea, exigiendo políticas de recortes y austeridad a los mas endeudados, cuyos gobernantes atendiendo a intereses de la oligarquía económica que no a los de los ciudadanos, no vacilan en aplicarlos, sustituyendo el espíritu legal de nuestra Constitución, por las directrices que nos marcan los oligarcas europeos que con su política neoliberal han llevado a media Europa a épocas pasadas de penurias y sufrimientos, al endeudamiento y la ruina, mientras las multinacionales engordan su patrimonio, y millones de ciudadanos se han sumido en la pobreza, el desempleo, el desahucio y la miseria.

En todo caso España está creciendo si, pero para la banca, el capital y las grandes fortunas que son las únicas que de momento ganan con la recuperación, el resto esta jodido, en la frustración  el desencanto, muchos(mas de 12 millones) sumidos en la pobreza.

Sr. Montoro, no hace falta haber estudiado económicas para saber que  si el crecimiento del PIB, no llega al 2%, no será posible el despegue económico ni la creación de empleo (se prevee un crecimiento al 2018 de un 1,7%)  y las consecuencias de este drama es que si no se crea empleo y los cotizantes a la seguridad social siguen descendiendo,(6 millones de desempleados por 16 millones de cotizantes) no se podrán soportar las pensiones y esta Sr. Montoro será responsabilidad de su Gobierno, primero con la nefasta reforma laboral y después con la bajada de sueldos, privatizaciones y recortes, que siguen frenando el consumo. La responsabilidad es muy grande y la historia no dejará de juzgarles con severidad.

Ese discurso triunfalista solo tiene un objetivo, distraer a la opinión pública del caso Bárcenas y el último patinazo de la Cospedal en el careo durante el juicio.
Pero el daño ya está hecho y se les juzgará en las urnas. Cualquier maniobra de distracción ya no les servirá, mientras los ciudadanos no recuperen su status social y económico.

Porque cuando la escandalosa riqueza de unos pocos, se convierte en la abrumadora pobreza para muchos, condenados a soportar con resignación e impotencia, la transformación y deterioro continuado de la calidad de vida de los ciudadanos y lo que es peor, acomodados y adaptados ya, a asumir situaciones de bochornoso desequilibrio económico e inmoralidad social, como si fueran la consecuencia natural de la época que nos ha tocado vivir, donde la honradez, la lealtad, el trabajo honesto y la solidaridad, no tienen futuro y conducen a un entorno repleto de dificultades y, donde se ha exaltado a la codicia, el fraude, la especulación, la corrupción y la mentira, todo ello avalado por una Constitución que  rige una democracia que se ha revelado como la mayor farsa institucional, que da cabida a un neoliberalismo salvaje que entroniza por encima de cualquier valor o principio al Dios "dinero" relegando a un segundo plano  al ser humano, la sociedad y la Nación, la civilización, la estructura social, pierde todo su sentido y nos conduce solapadamente al abismo.

Sí, la situación que está atravesando España, nos hace retroceder a aquel tiempo en la que los avatares de la historia, se repiten como si de un ciclo preso de la maldición, volviera, de forma preocupante, cuando no trágica y, fruncimos el entrecejo con semblante airado al pensar en los males, miserias y pecados de nuestra querida patria.

Sí, ha vuelto la España de la tortilla y la pandereta, la España de la picaresca, la España del señorito, del político corrupto, la España del trinque y el fraude, de políticos intrigantes, mercaderes sin escrúpulos y sin vergüenza, la España de la fantasía y de la mentira, la España triste y barroca donde se enseñorean la pobreza y la riqueza, los señores y los siervos, las diferencias sociales, los odios y antagonismos viscerales, la España donde da igual ser pícaro que honrado, inmoral que virtuoso, ignorante que sabio, fiel o traidor, generoso que estafador, trabajador o ladrón.

Una España donde anida la corrupción  y el desbarajuste administrativo, causa de la inmoralidad pública, donde se ha asentado la sociedad española, con unas autonomías desbordadas y endeudadas, con un exceso y duplicado de  un millón y medio de funcionarios civiles, con unos medios de comunicación totalmente partidistas y una justicia excesivamente politizada, con unas bases sustentadas en el todo vale y donde la libertad se ha convertido en libertinaje, inmoralidad y degradación social, y donde se ha acomodado el neoliberalismo que ha dado base  para que los poderosos , utilicen la farsa de la democracia como su arma legal para explotar, abusar y someter a los pobres y débiles de la tierra.

Un país  donde se estima mas al que vive de los otros, que al que trabaja noche y día, al que roba y esta fuera de la ley, que al que ayuda a la justicia y no duda en sancionar, la España barroca del revuelto, del odio, de la envidia y la ojeriza, de la inquina, del acoso y el abuso, donde la franqueza es grosería y la buena fe candidez, un país donde ha vuelto el derecho de pernada, si en algo estimas tu jornal, y tu soldada, un país donde la democracia solo es un remedo del estado capitalista, donde la libertad de mercado se ha convertido en un neoliberalismo avasallador donde el poder del dinero, corrompe, especula, vende, trafica, envilece, explota y establece la política social que a su soberbia le apetece, donde se  arrincona la virtud y  la inteligencia y se premia el vicio, la fuerza bruta y la malicia.

Y es una inicua injusticia y de una crueldad extrema, que miles de criaturas, carezcan de lo mas básico, sujetos a toda clase de privaciones, sumidos muchos de ellos en la ignorancia o empujados por hambre a los delitos, en  tanto miles de egoístas acaudalados, embrutecidos por la ambición y la codicia, arrojen puñados de oro en el fango del lujo y de los vicios mas desenfrenados, en caprichos extravagantes y groseros placeres, que configuran el miserable carácter que les hace pasar del tedio al rencor, del aburrimiento a la venganza, de la lascivia a la impiedad, de la ingratitud a la mentira y de la vanidad a la soberbia y crueldad, eso si, siempre viviendo a costa de los demás.

A los eternos males de España que continúan sin enmienda, ahora se agregan otros nuevos, donde la atmósfera se está volviendo densa, donde se ha adormecido a esa juventud por falta de expectativas, de futuro, y a esa generación trabajadora, que antes estaba unida, fuerte y animosa, con el opio del pueblo para momentos de crisis: futbol, toros, fiestas, botellón y tuenti.

Se ha consolidado una vez mas la España de caciques de tribus, no de honorables y concienzudos gobernantes, se ha forjado una España donde ya no se alcanza a ver la distancia abismal que separan la Monarquía de la República, donde se adula al trono, mientras que a las masas populares se las considera una calamidad nacional, donde la alianza de la democracia con la monarquía ha forjado una mixtificación innoble, por no decir indecente, pues quienes defienden la compatibilidad de la Monarquía con la Democracia son unos solemnes farsantes, cuando no, unos interesados vividores.

No, La Democracia, el gobierno del pueblo por el pueblo, no necesita reyes. El pueblo siempre ha tenido mas dignidad que majestad el trono y solo una hipocresía fingida, hace de sus leales servidores, miserables plebeyos.

Hemos vivido los últimos años, seducidos por todo lo poético, queriendo huir de la cruda realidad de la vida y hemos hecho de nuestro principal defecto ("la fantasía"), que a modo de somnolencia, en ilusión perpetua,  nuestra forma de vivir y, pobres de nosotros, nos hemos topado con la realidad, pura y dura. Sí, esa fantasía que nos ha hecho estar de continuo en un mundo de fiestas, futbol y toros, romerías y ferias, fantasía que nos ha hecho creer que España es un país privilegiado, como si fuéramos una gran nación, fantasía que nos ha mantenido los ojos cerrados y los oídos tapiados para no ver ni oír la cruda verdad. Y de repente hemos despertado del sueño feliz para sumergirnos en la pesadilla actual.

Poco a poco España se ha ido convirtiendo en un país de servicios para las multinacionales, que no producimos ni innovamos, ni desarrollamos y las mejores industrias se hallan en manos de extranjeros, para quien venimos a ser unos indígenas, personal de servicio a todos los niveles, una España empobrecida por un neoliberalismo trasnochado, que da alas al capital para imponer al gobierno reformas que solo a ellos beneficia, una España que ha caído en las redes de la globalización, privándola de la grandeza de una nación unida que la hacia fuerte y grande, una España que paga la crisis de los especuladores, banqueros y oportunistas sin escrúpulos, para los que el bienestar y progreso de los ciudadanos ha quedado en segundo orden.

Hoy con tristeza hemos de recordar  aquel periodo de lucha sangrienta que significo nuestra trágica guerra civil y los espantosas consecuencias que cayeron sobre nuestra martirizada y pisoteada patria, que no hubiese sido tan cruel sin la connivencia del clero que a modo de santo oficio (villano y cruel) y su intolerancia religiosa, no hubiesen puesto la amalgama necesaria para contribuir a tal desastre y que en el momento actual se está pareciendo a aquella situación previa a dicho desastre. Mientras la administración y cargos públicos disponen de holgadas posesiones, salarios y riquezas, parte del pueblo esta pasando necesidades y en muchos casos padeciendo hambruna. 

La impotencia e incapacidad del gobierno para solucionar el desbarajuste administrativo y contener los excesivos gastos, la burbuja inmobiliaria y los especuladores, los abusos de la banca y su insolidaridad al conceder créditos, la tragedia de las familias en paro, el coste y despilfarro de autonomías, el caciquismo, la corrupción  y la falta de espíritu comunal y de asociación, están haciendo  gravar de forma peligrosa nuestra estabilidad como nación.

Sujeta España al caciquismo económico y político, en todas sus manifestaciones, en todos los estamentos e individuos, es lógico que se merme el orden, (excepto para contener  las protestas del pueblo), se debilite la economía y el desarrollo de los recursos del país, la verdad , la razón y la justicia.

La clase media, en otro tiempo tan modesta y tan virtuosa, se va desalentado y encerrándose en si misma, cuando no corrompiéndose. La ambición, la vanidad y la soberbia la arrastran por torcidas sendas a la mayor perversión y vileza, cuando de aumentar y resguardar el patrimonio se trata y cada uno va a lo suyo sin importarle para nada el interés de la comunidad u, olvidando el concepto de patria para bien e interés general.

Hoy desaparecido todo ápice de patriotismo, dividida España en reinos de taifas, en los que la antipatía se muestra con toda crudeza, como si de tribus africanas se tratara, con unos sindicatos conniventes, con unos partidos que buscan su propia gloria, con unos políticos felices en su poltrona y ajenos a las necesidades del pueblo, que solo aprovechan el fallo del contrario para encumbrase, los españoles nos sentimos desencantados, desilusionados y abandonados, y el grito común en el animo de todos es: "salvase quien pueda"

Hemos demostrado hasta la saciedad que somos una raza fuerte y mañosa para destruir y, débil y torpe para remediar los males y progresar, y nuestros esfuerzos solo nos han hecho más pobres, más atrasados y tenemos menos futuro…

Hoy con una democracia que solo es una farsa en la que legitiman sus abusos y atropellos los poderosos de la tierra, al resto de los mortales solo nos queda el pataleo, hasta que vuelvan los líderes honestos, decentes, honrados y, que pongan el interés de el país y sus ciudadanos por encima de sus intereses y los de su partido, para construir un mundo mejor un mundo mas humano, mas solidario, mas justo.

Mal va España, sí, cuando pide a gritos que surja un caudillo que haga resonar su voz y que arrastre en pos de si a todo el pueblo al grito de !Viva España con honra!, fuera la España envilecida, degradada, abajo los corruptos, lo explotadores, los mangantes y especuladores .

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