ESPAÑA DEVASTADA
Negros nubarrones se ciernen sobre nuestra querida España,
que se desmorona día a día, negros nubarrones que solo presagian funestos
desenlaces, desdichas, penurias, males, y una huida hacia adelante, que tal vez
nos sumerja de nuevo, en la gran tragedia que asoló no ha mucho nuestra
querida patria.
Cientos de miles de personas padecen el peor de los terrorismos: la miseria, el desahucio y el hambre y ante esto no hay culpables ni responsables, que llevados por una dejadez temeraria, han consentido que arrastremos una de las mayores vergüenzas sociales, al permitir que se concentre la mayor bolsa de riqueza que abarca el patrimonio nacional en manos de unos pocos, una élite privilegiada que en aras del neoliberalismo mas retrogrado ha contribuido a generar la mayor bolsa de pobreza que se ha conocido en España desde el año 34, donde no se habían acentuado de forma tan drástica las diferencias sociales, donde ya se acepta un trabajo por cualquier salario, como en tiempos de caciques, patronos y señoritos con derecho de pernada.
Cientos de miles de personas padecen el peor de los terrorismos: la miseria, el desahucio y el hambre y ante esto no hay culpables ni responsables, que llevados por una dejadez temeraria, han consentido que arrastremos una de las mayores vergüenzas sociales, al permitir que se concentre la mayor bolsa de riqueza que abarca el patrimonio nacional en manos de unos pocos, una élite privilegiada que en aras del neoliberalismo mas retrogrado ha contribuido a generar la mayor bolsa de pobreza que se ha conocido en España desde el año 34, donde no se habían acentuado de forma tan drástica las diferencias sociales, donde ya se acepta un trabajo por cualquier salario, como en tiempos de caciques, patronos y señoritos con derecho de pernada.
Cuando la CEE ya
advertía de que la crisis estaba generando una nueva clase social, la de los
llamados "trabajadores pobres". Es decir, ciudadanos a quienes tener
un empleo no les libra de la miseria.
A esta difícil situación se suma una reducción en la
inversión social del Estado que provocará un inevitable aumento de ciudadanos pobres; porque "si los muros de contención social desaparecen se disparará la
pobreza",
Nuestra España, usurpada su soberanía y
secuestrada por la troika, que dictamina y marca el futuro de los países mas pobres que componen la Unión Europea, exigiendo políticas de recortes y austeridad a los mas
endeudados, cuyos gobernantes atendiendo a intereses de la oligarquía económica que no a los de los ciudadanos, no vacilan en aplicarlos, sustituyendo el espíritu legal
de nuestra Constitución, por las directrices que nos marcan los
oligarcas europeos que con su política neoliberal han
llevado a media Europa a épocas pasadas de penurias y sufrimientos, al
endeudamiento y la ruina, mientras las multinacionales engordan su patrimonio,
y millones de ciudadanos se han sumido en la pobreza, el desempleo, el
desahucio y la miseria.
En todo caso España está creciendo
si, pero para la banca, el capital y las grandes fortunas que son las únicas
que de momento ganan con la recuperación, el resto esta jodido, en
la frustración el desencanto, muchos(mas de 12 millones) sumidos en
la pobreza.
Sr. Montoro, no hace falta haber
estudiado económicas para saber que si el crecimiento del PIB, no llega
al 2%, no será posible el despegue económico ni la creación de empleo (se
prevee un crecimiento al 2018 de un 1,7%) y las consecuencias de
este drama es que si no se crea empleo y los cotizantes a la seguridad social
siguen descendiendo,(6 millones de desempleados por 16 millones de
cotizantes) no se podrán soportar las pensiones y esta Sr. Montoro será
responsabilidad de su Gobierno, primero con la nefasta reforma laboral y
después con la bajada de sueldos, privatizaciones y recortes, que siguen
frenando el consumo. La responsabilidad es muy grande y la historia no dejará
de juzgarles con severidad.
Ese discurso triunfalista solo tiene
un objetivo, distraer a la opinión pública del caso Bárcenas y el último
patinazo de la Cospedal en el careo durante el juicio.
Pero el daño ya está hecho y se les
juzgará en las urnas. Cualquier maniobra de distracción ya no les servirá,
mientras los ciudadanos no recuperen su status social y económico.
Porque cuando la escandalosa riqueza de unos pocos, se
convierte en la abrumadora pobreza para muchos, condenados a soportar con
resignación e impotencia, la transformación y deterioro continuado de la
calidad de vida de los ciudadanos y lo que es peor, acomodados y adaptados ya,
a asumir situaciones de bochornoso desequilibrio económico e inmoralidad
social, como si fueran la consecuencia natural de la época que nos ha tocado
vivir, donde la honradez, la lealtad, el trabajo honesto y la solidaridad, no
tienen futuro y conducen a un entorno repleto de dificultades y, donde se ha
exaltado a la codicia, el fraude, la especulación, la corrupción y la mentira,
todo ello avalado por una Constitución que rige una democracia que se ha
revelado como la mayor farsa institucional, que da cabida a un neoliberalismo
salvaje que entroniza por encima de cualquier valor o principio al Dios
"dinero" relegando a un segundo plano al ser humano, la
sociedad y la Nación, la civilización, la estructura social, pierde todo su
sentido y nos conduce solapadamente al abismo.
Sí, la situación que está atravesando España, nos hace
retroceder a aquel tiempo en la que los avatares de la historia, se repiten
como si de un ciclo preso de la maldición, volviera, de forma preocupante,
cuando no trágica y, fruncimos el entrecejo con semblante airado al pensar en
los males, miserias y pecados de nuestra querida patria.
Sí, ha vuelto la España de la tortilla y la pandereta, la
España de la picaresca, la España del señorito, del político corrupto, la
España del trinque y el fraude, de políticos intrigantes, mercaderes sin escrúpulos
y sin vergüenza, la España de la fantasía y de la mentira, la España triste y
barroca donde se enseñorean la pobreza y la riqueza, los señores y los siervos,
las diferencias sociales, los odios y antagonismos viscerales, la España donde
da igual ser pícaro que honrado, inmoral que virtuoso, ignorante que sabio,
fiel o traidor, generoso que estafador, trabajador o ladrón.
Una España donde anida la corrupción y el
desbarajuste administrativo, causa de la inmoralidad pública, donde se ha
asentado la sociedad española, con unas autonomías desbordadas y endeudadas,
con un exceso y duplicado de un millón y medio de funcionarios civiles,
con unos medios de comunicación totalmente partidistas y una justicia
excesivamente politizada, con unas bases sustentadas en el todo vale y donde la
libertad se ha convertido en libertinaje, inmoralidad y degradación social, y
donde se ha acomodado el neoliberalismo que ha dado base para que los
poderosos , utilicen la farsa de la democracia como su arma legal para explotar,
abusar y someter a los pobres y débiles de la tierra.
Un país donde se estima mas al que vive de los
otros, que al que trabaja noche y día, al que roba y esta fuera de la ley, que
al que ayuda a la justicia y no duda en sancionar, la España barroca del
revuelto, del odio, de la envidia y la ojeriza, de la inquina, del acoso y el
abuso, donde la franqueza es grosería y la buena fe candidez, un país donde ha
vuelto el derecho de pernada, si en algo estimas tu jornal, y tu soldada, un
país donde la democracia solo es un remedo del estado capitalista, donde la
libertad de mercado se ha convertido en un neoliberalismo avasallador donde el
poder del dinero, corrompe, especula, vende, trafica, envilece, explota y
establece la política social que a su soberbia le apetece, donde se
arrincona la virtud y la inteligencia y se premia el vicio, la fuerza
bruta y la malicia.
Y es una inicua injusticia y de una crueldad extrema, que
miles de criaturas, carezcan de lo mas básico, sujetos a toda clase de
privaciones, sumidos muchos de ellos en la ignorancia o empujados por hambre a
los delitos, en tanto miles de egoístas acaudalados, embrutecidos por la
ambición y la codicia, arrojen puñados de oro en el fango del lujo y de los
vicios mas desenfrenados, en caprichos extravagantes y groseros placeres, que
configuran el miserable carácter que les hace pasar del tedio al rencor, del
aburrimiento a la venganza, de la lascivia a la impiedad, de la ingratitud a la
mentira y de la vanidad a la soberbia y crueldad, eso si, siempre viviendo a
costa de los demás.
A los eternos males de España que continúan sin enmienda,
ahora se agregan otros nuevos, donde la atmósfera se está volviendo densa,
donde se ha adormecido a esa juventud por falta de expectativas, de futuro, y a
esa generación trabajadora, que antes estaba unida, fuerte y animosa, con el
opio del pueblo para momentos de crisis: futbol, toros, fiestas, botellón y
tuenti.
Se ha consolidado una vez mas la España de caciques de
tribus, no de honorables y concienzudos gobernantes, se ha forjado una España
donde ya no se alcanza a ver la distancia abismal que separan la Monarquía de
la República, donde se adula al trono, mientras que a las masas populares se
las considera una calamidad nacional, donde la alianza de la democracia con la
monarquía ha forjado una mixtificación innoble, por no decir indecente, pues
quienes defienden la compatibilidad de la Monarquía con la Democracia son unos
solemnes farsantes, cuando no, unos interesados vividores.
No, La Democracia, el gobierno del pueblo por el pueblo,
no necesita reyes. El pueblo siempre ha tenido mas dignidad que majestad el
trono y solo una hipocresía fingida, hace de sus leales servidores, miserables
plebeyos.
Hemos vivido los últimos años, seducidos por todo lo
poético, queriendo huir de la cruda realidad de la vida y hemos hecho de
nuestro principal defecto ("la fantasía"), que a modo de somnolencia,
en ilusión perpetua, nuestra forma de vivir y, pobres de nosotros, nos
hemos topado con la realidad, pura y dura. Sí, esa fantasía que nos ha hecho
estar de continuo en un mundo de fiestas, futbol y toros, romerías y ferias,
fantasía que nos ha hecho creer que España es un país privilegiado, como si
fuéramos una gran nación, fantasía que nos ha mantenido los ojos cerrados y los
oídos tapiados para no ver ni oír la cruda verdad. Y de repente hemos
despertado del sueño feliz para sumergirnos en la pesadilla actual.
Poco a poco España se ha ido convirtiendo en un país de
servicios para las multinacionales, que no producimos ni innovamos, ni
desarrollamos y las mejores industrias se hallan en manos de extranjeros, para
quien venimos a ser unos indígenas, personal de servicio a todos los niveles,
una España empobrecida por un neoliberalismo trasnochado, que da alas al
capital para imponer al gobierno reformas que solo a ellos beneficia, una
España que ha caído en las redes de la globalización, privándola de la grandeza
de una nación unida que la hacia fuerte y grande, una España que paga la crisis
de los especuladores, banqueros y oportunistas sin escrúpulos, para los que el
bienestar y progreso de los ciudadanos ha quedado en segundo orden.
Hoy con tristeza hemos de recordar aquel periodo de
lucha sangrienta que significo nuestra trágica guerra civil y los espantosas
consecuencias que cayeron sobre nuestra martirizada y pisoteada patria, que no
hubiese sido tan cruel sin la connivencia del clero que a modo de santo oficio
(villano y cruel) y su intolerancia religiosa, no hubiesen puesto la amalgama
necesaria para contribuir a tal desastre y que en el momento actual se está
pareciendo a aquella situación previa a dicho desastre. Mientras la
administración y cargos públicos disponen de holgadas posesiones, salarios y
riquezas, parte del pueblo esta pasando necesidades y en muchos casos
padeciendo hambruna.
La impotencia e incapacidad del gobierno para solucionar
el desbarajuste administrativo y contener los excesivos gastos, la burbuja
inmobiliaria y los especuladores, los abusos de la banca y su insolidaridad al
conceder créditos, la tragedia de las familias en paro, el coste y despilfarro
de autonomías, el caciquismo, la corrupción y la falta de espíritu
comunal y de asociación, están haciendo gravar de forma peligrosa nuestra
estabilidad como nación.
Sujeta España al caciquismo económico y político, en todas
sus manifestaciones, en todos los estamentos e individuos, es lógico que se
merme el orden, (excepto para contener las protestas del pueblo), se
debilite la economía y el desarrollo de los recursos del país, la verdad , la
razón y la justicia.
La clase media, en otro tiempo tan modesta y tan virtuosa,
se va desalentado y encerrándose en si misma, cuando no corrompiéndose. La
ambición, la vanidad y la soberbia la arrastran por torcidas sendas a la mayor
perversión y vileza, cuando de aumentar y resguardar el patrimonio se trata y
cada uno va a lo suyo sin importarle para nada el interés de la comunidad u,
olvidando el concepto de patria para bien e interés general.
Hoy desaparecido todo ápice de patriotismo, dividida
España en reinos de taifas, en los que la antipatía se muestra con toda
crudeza, como si de tribus africanas se tratara, con unos sindicatos conniventes,
con unos partidos que buscan su propia gloria, con unos políticos felices en su
poltrona y ajenos a las necesidades del pueblo, que solo aprovechan el fallo
del contrario para encumbrase, los españoles nos sentimos desencantados,
desilusionados y abandonados, y el grito común en el animo de todos es:
"salvase quien pueda"
Hemos demostrado hasta la saciedad que somos una raza
fuerte y mañosa para destruir y, débil y torpe para remediar los males y
progresar, y nuestros esfuerzos solo nos han hecho más pobres, más atrasados y
tenemos menos futuro…
Hoy con una democracia que solo es una farsa en la que
legitiman sus abusos y atropellos los poderosos de la tierra, al resto de los
mortales solo nos queda el pataleo, hasta que vuelvan los líderes honestos, decentes,
honrados y, que pongan el interés de el país y sus ciudadanos por encima de sus
intereses y los de su partido, para construir un mundo mejor un mundo mas
humano, mas solidario, mas justo.
Mal va España, sí, cuando pide a gritos que surja un caudillo
que haga resonar su voz y que arrastre en pos de si a todo el pueblo al grito
de !Viva España con honra!, fuera la España envilecida, degradada, abajo los
corruptos, lo explotadores, los mangantes y especuladores .
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